Pues ya están aquí las vacaciones para muchos, aunque para otros aún están por llegar. Quizás tú que me estás leyendo dirás; ya han volado las mías. En ese caso este texto puede interesarte también y deseo que tu vuelta a la rutina sea lo más llevadera posible.
Vale, estoy de vacaciones ¿Y ahora qué? A ver puedes ponerte
a preparar recetas como un/a loco/a pero vigila que no se nos vaya de las manos
el asunto y terminemos empachados je je. Risas aparte, creo que el periodo
estival nos trae muchas alegrías entre ellas las ansiadas y esperadas
vacaciones del mes de julio y agosto por antonomasia los meses estrella. Ahora
bien, ¿Qué hago cuando no es todo lo idílico que me han vendido o creo que
debieran de ser? ¿Te encuentras decaído/a? Vale, mira por lo pronto te traigo
este delicioso pesto rojo fácil con el que podrás deleitarte saboreándolo con
tu pasta preferida. Ah si el calor no va contigo no te apures, puedes comértelo
con una ensalada de pasta fría, como complemento para unas tostas, en fin, es
súper versátil. Lo mejor de todo: te traigo la versión vegana, aunque yo la
versión que hago es la vegetariana que admite queso. Es sencilla, ensucias
poquito y te queda una salsa o condimento de diez.
¿Te apetece? Vamos que te espero al final de la receta en mi
apartado de “Reflexiones” donde te doy las claves para disfrutar del verano en
la medida de lo posible.
Pesto rojo fácil con Kalamata
El pesto rojo o pesto rosso es un tipo de salsa que suele
acompañar a la pasta. Su color y sabor es debido en gran parte al tomate seco
rehidratado. Además como en el pesto verde la albahaca también tiene su
protagonismo. La mezcla de parmesano, tomate, albahaca, etc. Harán de esta salsa
un imprescindible en tu despensa. Rápida, sana y que hará las delicias de
todos.
- Tomates secos o rehidratados, 20 uds (aproximadamente 200 g)
- Pimiento rojo asado, 80 g
- Albahaca fresca, 30 g
- Aceite de oliva virgen extra, 50 g
- Piñones, 40 g
- Sal, 1 pizca
- Pimienta, 1 pizca
- Queso parmesano o anacardos (opción vegana), 50 g
- Ajo, 2 dientes
- Peperoncino o cayena pequeñita, 1 o 2 uds
- Aceitunas Kalamata, 50 g
Elaboración
- Lavamos las hojas de albahaca y escurrimos. Cogemos las aceitunas Kalamata y separamos la carne del hueso. Reservamos
- Si los tomates secos están sin hidratar los hidratamos en una cazuela con agua hirviendo. Apagamos el fuego y entonces dejamos los tomates hidratarse unos 5 minutos. Colamos y reservamos. Podéis usar los tomates ya rehidratados en aceite ya que son más prácticos.
- En una sarten ponemos los piñones y los tostamos ligeramente con cuidado que no se quemen.
- A continuación echamos todos los ingredientes en un procesador de alimentos potente. Trituramos con golpes secos y a máxima velocidad hasta conseguir la textura deseada.
- A mi personalmente me gusta que quede una salsa o paté bastante grueso y donde se aprecien los trocitos. No obstante, esto va a gusto del consumidor el triturar más o menos.
- Una vez tenemos listo nuestro pesto rosso ya podemos disfrutarlo añadiéndolo a nuestra pasta o untándolo en unos snacks como aperitivo.
**Si no lo vais a consumir todo podéis conservarlo en pequeños tarritos en el congelador y así tan sólo tendréis que sacar con antelación y disfrutar de un auténtico pesto rojo casero.
Resultado
Como podéis ver este pesto rojo parece una salsa boloñesa pero sin carne. El gusto que dejan todos los ingredientes es una auténtica maravilla para degustar con nuestra pasta preferida. A mi me encanta tener varios tarros de esta salsa pesto rojo por lo que hago en gran cantidad y así puedo disfrutar de esta delicia cuando me apetezca. Así como el pesto verde es mucho más fuerte en cuanto al ajo y potencia de la albahaca, éste es mucho más suave gracias al tomate quien le da el máximo protagonismo. OS aseguro que cuando la probéis os va a encantar y los vuestros os harán la ola como mínimo.
Reflexión
Espero que te haya gustado la recetita. Bien, ahora vamos al
tema. Si leíste desde la intro a la receta ya sabrás de que voy a hablarte en
estas líneas. Seguro que a veces has pensado ¿Estoy de vacaciones, ahora qué?
Sí a priori no debería comportar ningún problema más allá de tipo organizativo
(organización familiar…) No obstante, hay personas que sufren con este periodo
vacacional.
El nombre que recibe el malestar asociado al cambio de
estación y que suele producirse en otoño/primavera es el famoso TAE (no, no es
igual que el de los prestamos). El TAE en psicología significa trastorno
afectivo emocional. Es posible que en verano te sientas algo decaído/a. El
calor es un ingrediente principal por el que nos sentimos así de abatidos.
Nuestro organismo invierte mucha energía para combatirlo y obviamente ese
desgaste puede pasarnos factura.
Otro tema que surge en ocasiones es la imagen corporal.
Llegó el verano y “mira qué barriga o qué culo” Pues seguro que a más de un@ le
ha pasado. Deseamos tener una imagen idílica normalmente ofrecida por los canones
de la sociedad y cuando llega la hora de quitarse ropa de encima puede
producirnos cierta ansiedad/malestar.
Al mismo tiempo se pueden sumar las expectativas sobre las
vacaciones.? ¿Qué significa esto? Soñar con las vacaciones perfectas es fácil,
poder disfrutarlas no tanto. A veces las expectativas se sitúan en un listón
tan alto que si no “hago el viaje a las Maldivas mis vacaciones serán un
desastre”. Puede parecer un absurdo, pero nuestra mente se las ingenia para
sabotearnos si nuestro pensamiento es rígido y no nos permitimos “fallar” o
reconocer que las cosas no siempre son como queremos.
Otros problemas que pueden surgirte: Dificultad para aparcar
el trabajo una vez iniciada la época vacacional o como comenté organizarte a
nivel familiar. A veces con las prisas y sin desconectar aun de los temas
laborales o profesionales empezamos a prepararlo todo el día antes (compras de última
hora, maletas, etc.) todo ese ajetreo previo a veces y sin darnos cuenta se
viene en la maleta con nosotros y no es de extrañar sentir ansiedad. Sí,
sentirnos irritables, tristes o melancólicos los primeros días de nuestras
ansiadas vacaciones.
Por no hablar de las parejas que rompen en este periodo. Sí
es la época en la que más parejas rompen. La explicación es sencilla. Pasamos
más tiempo a veces las 24 horas del día con nuestra pareja y los roces,
conflictos afloran con gran rapidez.
Vale Toño, me siento a veces así o me pasa que me siento mal
al llegar este periodo. ¿Qué podría hacer? Ahí van mis consejos.
- Cuidado con los golpes de calor. Intenta hidratarte bien y pasar algunas horas del día en lugares climatizados.
- Cuidado con idealizar. Intenta que tus expectativas sean realistas. El viaje al Caribe puedes hacerlo otro año y este puedes pasarlo en grande yendo a la playa de tu pueblo o con la familia…
- Evitar el uso del móvil en la medida de lo posible. A veces con las redes estamos todo el día enganchados al teléfono y nos olvidamos del descanso que necesitamos. Sé coherente e intenta evitar el máximo el uso o mal uso del móvil.
- Si te sientes sin fuerzas, con pocas ganas de nada y tu cabeza va a mil, lo mejor no es quedarse en el sofá todo el día. Intenta salir, aunque sea un rato por las tardes cuando el calor afloje. Sino estarás alimentando esa desazón y malestar y la cosa no acabará.
- Si te culpas por haber llegado a Julio con unos kilos de más no seas duro contigo mismo. Acepta tu cuerpo y peso sea cual sea y proponte hábitos de vida saludables a largo plazo. O visitar al especialista si es necesario.
- Intenta planificarte y desconectar del trabajo con antelación al inicio de tus vacaciones. Lo ideal sería tomarte dos o tres días antes de marchar para cerrar todo lo laboral, hacer las gestiones oportunas, etc.
Obviamente si el malestar que sientes es muy profundo y/o
debido a otras causas es recomendarle que hables con un terapeuta sobre ello
para que pueda darte las herramientas necesarias.
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