Una apetitosa sopa de chocolate blanco con un trocito de brownie en el medio de la sopita.

Una receta ideal para estos calurosos días de verano y para sorprender a nuestros comensales.

A nivel emocional; toda una explosión de chocolate que nos ayuda a aliviar estados de cansancio y tristeza... En fin toda una receta marcada por dos tipos de chocolates que haran despertar nuestros sentidos.

Al probar esta receta y degustarla lentamente pude comprobar cómo tras ese sabor inicial del chocolate blanco al poco podía intuir ese ligero aroma a vainilla trasladándome a lo  más exótico. Al acariciar con la cuchara un pedacito de brownie mezclado con la sopa y el crocante,una serie de placeres y sensaciones inundaron mi paladar y mi estado anímico cansado por el calor estival, haciéndome sentir un rato muy agradable.

Preparación:

Ponemos en un cazo la nata a fuego lento. Añadimos la vaina de vainilla abierta con una puntilla para que infusione y deje su aroma. Una vez este a punto de arrancar a hervir echamos la nata en un bol a parte y vamos añadiendo el chocolate troceadito sin dejar de remover. Una vez bien disuelto dejamos templar un poco antes de echar el yogur y acabar de remover bien la mezcla hasta que quede homogénea.

Cuando haya enfriado lo dejamos tapado con un film en el frigorífico.