Ingredientes para el relleno

• Nata vegetal, 400 g
• Fresas, al gusto
• Mermelada de fresa, 200 g
• Azúcar glass, al gusto

1. Precalentamos el horno a 180ºC con calor arriba y abajo. Engrasamos los moldes y colocamos papel de hornear en el fondo. Yo he usado 3 moldes de 18 cms de diámetro. Puedes hornearlo en uno sólo.
2. En un bol tamizamos los elementos secos; las harinas, la levadura, el bicarbonato, el cacao en polvo y la sal. Mezclamos para que se integren bien todos los elementos. Reservamos
3. En otro bol agregamos todos los elementos húmedos; el aceite, la leche de almendras, el jarabe de arce, la vainilla y el vinagre. Con unas varillas remover bien hasta que esté todo ligado.
4. Finalmente echamos la mezcla húmeda a la seca y batimos con unas varillas hasta que todo esté homogéneo y suave. Os quedará bastante liquida, es normal. Tampoco sobrebatáis demasiado la masa...
5. Si lo hacéis en 3 moldes, dividimos la masa y la repartimos en los 3 moldes que teníamos preparados. Horneamos durante 30 minutos y comprobamos con una puntilla si está cocido. Lo retiramos y dejamos enfriar en una rejilla durante 5 minutos. Pasado ese tiempo lo desmoldamos con cuidado y dejamos enfriar por completo en la rejilla. 
6. Finalmente envolvemos en papel film y dejamos enfriar en la nevera hasta el día siguiente (minimo dejar 8 horas) De este modo ganará consistencia

Montaje de la tarta

1. Para esta tarta se ha utilizado nata vegetal, en caso de que prefieras hacerla con nata de origen animal te aconsejo que utilices la cobertura de esta receta. 
2. Montamos la nata que debe estar bien fría con ayuda de nuestra batidora de varillas eléctrica o robot. Echamos una cucharadita de extracto de vainilla cuando empiece a estar semimontada. Yo a este tipo de natas no le echo azúcar porque ya vienen endulzadas pero si queréis podéis echarle algo de azúcar glass. Si os queda muy dura (esta nata no se os cortará jamás si la sobrebatís) podéis aligerar con unas cucharadas   de leche vegetal o agua.
3. Empezaremos nivelando con ayuda de un cuchillo o una lira los bizcochos ya refrigerados. Recordad que es muy importante haber hecho esté paso previo de refrigerarlos. Son realmente jugosos y blanditos y por tanto delicados al manejarlos.
4. Tras nivelar hacemos colocamos la primera capa y hacemos un cordón con la nata por toda la circunferencia delimitando los bordes. De este modo al echar la mermelada en el centro de la capa no se nos escapará el relleno manchando el resto. A continuación una vez extendida la mermelada rellenamos con más nata y repetimos con el siguiente piso o capa. Finalmente en la superior sólo agregaremos una capa de nata.
5. La forma de decorarla es muy personal. Yo soy muy rústico y me gusta la imperfección así como las tartas "naked" o "semi naked" (desnudas o semidesnudas). PAra conseguir este efecto dispondremos en la espátula de nata e iremos pasandola en un angulo de 90º por toda la superficie quitando los excesos de nata y dejando zonas más marcadas donde se deje entrever el bizcocho.
6. Decoramos con unas fresas al gusto finalmente en la capa superior.

1. Aceptar: aceptar que el pensamiento está ahí, contemplarlo y simplemente no luchar contra éste. Basado en mindfulness, no discutas con tus pensamientos, no los juzgues como malos o buenos, deja que desfilen, que marchen como nubecitas mientras los contemplas amablemente, imaginar como se esfuman poco a poco por el cielo es en ocasiones mejor que enfrentarte y juzgarlos.
2. Posponer el pensamiento para otro momento: Se trata de decirnos "ahora no toca, pero te dedicaré un tiempo a las 17H y ahí podré pensar en eso que me preocupa".
3. A veces enfrentarnos al pensamiento o miedo: Esto es muy propio de las fobias y obviamente requiere de un entrenamiento.